Jn 14,21-26 "... Vendremos a él y haremos morada en él."
Acoger a Jesús es escuchar la palabra de Dios y guardarla en nuestro corazón para que sea la brújula de nuestra vida. Al hacerlo nos convertimos en morada de Cristo. Pero esa Palabra pide ser traducida en gestos y obras de amor en nuestros ambientes, desde lo micro a lo macro. Para ello necesitamos apoyarnos no en nuestras propias fuerzas, sino en la libertad y la creatividad del Espíritu de Jesús. Allá donde detectamos las huellas del amor, podemos reconocer vestigios de su Espíritu y abrirnos a su Misterio. Como comunidades cristianas, ¿dónde reconocemos el espíritu de Jesús urgiéndonos hoy a encarnar la Palabra que nos habita? Que tu Palabra, Señor, sea brújula y anclaje en nuestra vida.