Evangelio según san Juan 4,43-54: Tu hijo está sano.
En el Evangelio de Juan la vida está ligada al creer en la Palabra de Dios. Jesús, quien revela la totalidad de Dios, es la Palabra de Dios. El es quien dice quien es Dios. La palabra de Jesús es contundente. Le dice al funcionario real: "regresa tranquilo, que tu hijo sigue vivo", y así ha sucedido. Esa Palabra de Dios, que es Jesús, es la vida de todo cuanto existe y tiene el poder de hacer hijos de Dios a cuantos la aceptan. Esta porción del Evangelio de hoy narra el segundo signo que Jesús hizo en el Evangelio de Juan. Es en definitiva, este segundo signo, la explicación del primero, ocurrido también en Caná (Jn 2,1). Estos dos signos en los capítulos iniciales de Juan se complementan, dándole sentido de plenitud a la obra de Jesús, por eso su Palabra hace posible el "vino mejor", la alegría y el amor, y ambos hacen posible "la vida" real a todos los que se adhieren a Jesús y a su obra.