En Adviento del 2024
Queridos hermanos y hermanas en la fe, ha comenzado el tiempo del Adviento y con él un tiempo de preparación, de esperanza y de espera para la celebración del nacimiento de Cristo. La Navidad nos recuerda que Dios nos ama y que se ha acercado a nosotros en Jesucristo. Es un mensaje alentador que contiene esperanza de renovación y salvación y que tiene un valor inestimable, especialmente en vista a las crisis interminables de nuestro tiempo.
En este tiempo de Adviento podemos prepararnos para un evento especial en el Año Santo 2025, que el Papa Francisco ha fijado bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. Este año es una invitación a todos nosotros a redescubrir el significado de la gracia, la reconciliación y la renovación de nuestra fe y a experimentar vivamente el amor de Dios. La plenitud del perdón de Dios no conoce límites y nos revela su misericordia.
Especialmente en estos tiempos, muchas personas experimentan incertidumbre y miedo. Las crisis de nuestro tiempo -ya sean las desigualdades sociales, los conflictos o las amenazas del cambio climático- a veces nos dejan perdidos. Por eso necesitamos personas que apoyen a los demás, que den testimonio de su esperanza y que esta esperanza la lleven al mundo. La esperanza que Cristo nos regala está firmemente anclada en la promesa de Dios a los hombres. Como cristianos, podemos confiar en que Dios se hace hombre en Jesucristo y que él comparte nuestra alegría, pero también nuestro sufrimiento. Él está cerca de nosotros en todo momento. Este regalo del amor y la presencia de Dios lo celebramos en la Navidad, lo que puede convertirse también en fuente de esperanza para nosotros.
El Papa Francisco escribe en la última encíclica “Dilexit nos – Sobre el amor humano y divino del corazón de Jesucristo” que es del Corazón de Cristo del que fluye su amor por nosotros los hombres y este es al mismo tiempo el núcleo vivo de la proclamación. Aquí se encuentra el origen de nuestra fe, que mantiene vivas las convicciones cristianas. El Papa Francisco ruega al Señor Jesús "que de su Sagrado Corazón corran para todos nosotros ríos de agua viva, para sanar las heridas que nos infligimos nosotros mismos, para fortalecer nuestra capacidad de amar y de servir, para motivarnos, para aprender a trabajar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno” (n° 220).
De cara al próximo Año Santo y a la proclamación de la buena nueva de Navidad, es importante que reflexionemos también sobre nuestro papel como “peregrinos de la esperanza” en el mundo de hoy y consideremos cómo nosotros podemos testimoniar el don del amor y la presencia de Dios como fuente de esperanza. Este es un mandato que se dirige a todos los cristianos. Animamos a todas las personas de la diócesis de Mainz a hablar de Dios en las diferentes experiencias de fe. Esto incluye todos los grupos pastorales, en la variedad de formas de proclamación y predicación y dentro del alcance de las posibilidades proporcionadas por la iglesia, aumentando la visibilidad y audibilidad de las mujeres y haciendo justicia a los diferentes conceptos y experiencias de vida. En esto hay un enriquecimiento que fortalece nuestra unión en la fe.
Queridos hermanos y hermanas, el tiempo de Adviento y la próxima Navidad son una oportunidad para considerarnos peregrinos de la esperanza. Esta esperanza podemos transmitirla en todos nuestros servicios y en nuestros encuentros con los demás. Que es este tiempo de preparación para la Navidad podamos sentir que Dios nos quía y nos hace sentir seguros con su presencia. Dejémonos tocar por el niño en el pesebre que nos muestra que el amor de Dios está ahí para nosotros, y llevemos este amor al mundo.
Les deseo a todos un bendecido tiempo de Adviento, una Navidad llena de paz y la alegría de experimentar la presencia de Dios en sus vidas y acciones. Que el Año Santo 2025 sea un tiempo de renovación y despertar de nuestra fe.
Su
Peter Kohlgraf
Obispo de Mainz
Traducción: N. Ruiz Diaz de Schödl