Jn 6,44-51 "Yo soy el pan vivo."
Jesús es el pan de vida que calma nuestra hambre de sentido, de justicia, de comunión, y que nos nutre internamente para humanizar la vida. No es un pan «selecto» que se esconde en una alacena como propiedad de unos pocos elegidos, sino el pan accesible, que se arriesga, se parte y reparte para la vida del mundo. La sociedad de consumo nos ofrece otros alimentos sucedáneos que terminan por hacernos sus esclavos sin colmar nuestras ansias de comunión y plenitud. El texto del evangelio tiene profundas resonancias eucarísticas y nos lleva a hacernos, como comunidades cristianas, algunas preguntas incómodas: ¿Cómo nutrimos nuestra fe y nuestro seguimiento a Jesús? ¿En qué medida van haciendo de nosotros y nosotras personas cuyas vidas se van entregando con sencillez y alegría para la vida del mundo? ¿A través de qué gestos cotidianos?
Gracias, Señor, por ofrecértenos como pan accesible, como sustento y alimento en nuestra vida cotidiana.