Lc 24,13-35 ¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino?
Como los discípulos de Emaús, a veces estamos desilusionados, creemos que ya no estás a nuestro lado, que nos has abandonado. Lo más importante es seguir preguntando por él. Buscar su rostro y su verdad. Buscar a Dios tal vez con el último resto de nuestras fuerzas, tal vez en medio de la desesperación y el miedo, a veces en la angustia y el desaliento. Descubriremos como los de Emaús que alguien camina junto a nosotros.
Gracias Señor, porque Tú sales siempre a nuestro encuentro, recorres con nosotros el camino de la vida y fortaleces nuestros corazones indecisos. Gracias por darnos el Espíritu Santo que nos ayuda a entender lo que vivimos a la luz de tu Palabra. Gracias por hacerte presente en la fracción del pan, un signo del amor infinito que tienes por cada uno de nosotros.