Jn 11,45-57:
San Juan narra, en el evangelio, que mucha gente que habían ido a casa de María creyeron en Jesús y que muchos siguen oponiéndose a él y deseando que a Jesús se le condene a muerte.
El sanedrín decide matar a Jesús con ¡a excusa de que así salvarán a todo el pueblo, cuando lo que pretenden es mantener su influencia y su poder. Ellos no entienden cómo un hombre, como Jesús, puede causar semejante impacto en la vida de los que entran en contacto con él. Ciertamente, Jesús morirá para salvar al pueblo. Su muerte injusta pondrá en evidencia el mal y la hipocresía que destroza el corazón humano, y lo curará de raíz con un gesto definitivo de amor y de perdón.
Ahora más que nunca se encuentra cerca al desenlace fatal de su vida. Los hijos de las tinieblas no permitirán que el Hijo de Dios haga posible su obra en la historia. Lo que ellos no saben es que será en la muerte en cruz, donde toda la humanidad y el universo entero, encontrará el sentido profundo de la existencia. Dejémonos transformar por el crucificado. En él, Dios se manifestó toda la plenitud.
Gracias, Jesús, por el sacrificio de tu vida, que nos libera del pecado y de la muerte.
